La mezquita subterránea

Escondida entre las callejuelas del portuario barrio de Karaköy existe una sorprendente mezquita otomana que al contrario de la exhibición en altura de la mayoría de los templos islámicos de Estambul, configura su ser hacía el interior de la tierra por eso recibe el sobrenombre de la «Mezquita subterránea» (Yeraltı camii en turco).

Yeraltı

Este curioso oratorio se dice que ocupa el espacio físico de un antiguo castillo en cuyos bajos se anclaba y guardaba la enorme cadena que se extendía desde la colonia genovesa de Gálata hasta Constantinopla con el fin de proteger a la flota Bizantina de los ataques rivales; tras la conquista otomana el recinto fue usado como almacén de munición hasta que en 1640 un líder religioso de la secta Nakşibendi descubrió en su interior el cuerpo de tres mártires que participaron en el primer sitio árabe de Constantinopla en el siglo VII tras aparentemente tener una revelación de su paradero en un sueño.

El espacio fue sacralizado y ampliado hasta ser convertido en mezquita bajo el auspicio del Gran visir Bahir Mustafa Paşa. Se cuenta que las tropas árabes, tras el fracaso del asedio, dejaron los restos y los objetos de los mártires encerrados en una bóveda y cuyo acceso fue tapiado con una pared de plomo, de ahí que sea conocida también con el sobrenombre de la Mezquita de la Bóveda de Plomo (Kurşunlu Mahzen camii en turco).

La configuración de Yeraltı es anómala al hacer parcialmente suyas las estructuras que pertenecían a la antigua bodega, así no existe un espacio abierto focalizado hacia el centro del Mihrab ni tampoco grandes luminarias. La panorámica es la de un conjunto de pasillos entrecruzados definidos por el perfil de los arcos que sostienen el techo; simetría que es rota por varios elementos singulares como la hornacina y el púlpito, los cuales están desplazados hacía a un lateral, y las tumbas de los mártires.

Pobremente decorada, la mezquita también se caracteriza porque no permite seguir la oración desde todos los puntos de la misma al carecer de un ángulo de visión global como consecuencia de la existencia de los arcos, por todo ello los fieles se concentran solo en uno de los laterales cuando se inicia la ceremonia.

Yeraltı

El edificio, que durante mucho tiempo incluso careció de minarete, tiene dos entradas situadas a diferentes niveles y que permiten el acceso al recinto que se sitúa por debajo de la línea de la calle; al visitarla, en muchas horas del día, uno parece moverse entre penumbras como consecuencia de la casi ausencia de luz natural, de hecho solo algunas lamparas y algunos estridentes fluorescentes de color verde ayudan a iluminar el conjunto cuyo techo es muy bajo en altura, es tal la sombra que en verano no es extraño encontrarse mucha gente durmiendo la siesta en su interior.

La mezquita de Yeraltı, quizás no sea la mezquita más bella pero este desconocido tesoro es una prueba de la singularidad y diversidad de lugares que existen en la ciudad de Estambul, una urbe llena de sorpresas tanto en su superficie como en sus entrañas.

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Actualizado el 1 agosto,2023.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

2 comentarios en “La mezquita subterránea

  1. Agradezco tanto, tus publicaciones. Es un mundo fascinante, porque hay tanta tradición, cultura e historia, que cuando llegan tus correos a mi casilla y los leo, es para no parar. Gracias y que sigas teniendo la fortuna de viajar y mostrarnos estos bellos sitios. También muchas felicidades para este año 2016.

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